«FILÓSOFAS UNA
HISTORIA DE LUCHA»
Por:
Mijaíl Enríquez -2018
Actualmente mucha
gente se deja impresionar por las estadísticas, donde los números han ido
remplazando los rostros. Y dentro de estas escalas estadísticas, quizá seas
parte del gran porcentaje de personas que cree que la filosofía «aturde» o en el peor de los casos que «friega».
Bueno si, la
filosofía aturde y friega a la vez, porque implica un ejercicio de reflexión,
algo que a pocos le agrada hacerlo. Por ello Hanna Arent decía: «los seres humanos necesitan filosofía, y si
niegan esta necesidad merecen el nombre de sonámbulos»
Es de conocimiento
básico, que filosofía proviene del griego Filos:
(amor) y sophia (sabiduría) = amor a
la sabiduría, y que jugando con las palabras me quedo con el concepto de= «sabiduría
del amor».
La filosofía es un
saber muy amplio, la base para muchas
ciencias, y que en el proceso de
resumirla ésta puede quedar deformada, sin embargo el resumen es un mal
necesario que está presente en este libro biográfico, además como diría la
filósofa Hipatia, la gran filósofa
de la antigüedad, «es mejor hacer algo
mal que no hacer nada».
¿Qué hubiera pasado
si las mujeres hubieran escrito los libros? « Lo habrían hecho de otra forma»
así se responde Christine de Pizan.
Es importante
mencionar que la secuencia de filósofas presentadas en el libro: “Filosofas una Historia de Lucha”, responde
en gran parte a la propuesta de Ingeborg
Gleichauf, en su libro: «Mujeres
filósofas en la historia desde la Antigüedad hasta el siglo XXI», aportando
ideas y recursos de contenido personal.
¿Qué
me inspiró?
Cuando fui parte de
Ñañaykuna, despertó en mí, una chispa adecuada que me impulsaba a contribuir
con algo y ponerlo al servicio de los demás. Entonces me pregunté ¿Qué es lo
que me gusta hacer y que podría ponerlo a disposición de la organización? Tenía
que ser algo relacionado con los fines de la organización.
Y bueno fue así que
nació la idea de escribir un libro, de carácter divulgativo, sobre aquellas
mujeres (filósofas) que aportaron su pensamiento y que a consecuencia de
sociedades patriarcales, no tuvieron mucha presencia, participación e
influencia.
Estudié 4 años de
filosofía, y en todo ese proceso académico, no encontré mayor participación de
mujeres, especialmente en la época (antigua- media- moderna) ¿no hubo filósofas
en estos periodos? ¿Qué pasó? ¿Fueron invisibilizadas? Fueron cuestionantes que
motivaron la investigación.
¿Cuál
es la finalidad?
Considero que la
finalidad es múltiple, pero la finalidad esencial es que muchas personas
conozcan y re-conozcan que hubo mujeres filósofas que en su tiempo fueron
calladas e invisibilizadas, discriminas y hasta despreciadas.
Tiene un fin
divulgativo, a diferencia de otros textos filosóficos, llenos de citas y
terminología compleja, el libro que escribí es de lectura simple, y espero que
amena.
Y el otro fin, es «deconstruir»[1] algunas
ideas sobre filosofía, sobre la paridad entre varones y mujeres».
¿Y por qué estoy hablando de filosofas mujeres? Es un sencillo tributo filosófico a la vida– pensamiento y obras de todas las filósofas, este tributo es otra de las finalidades esperando que muchos más se sumen, conociendo la historia de lucha de tantas mujeres filosofas, se impregnen de su ejemplo; despertando esa vitalidad que trasmitieron, esa pasión con la que pensaron y vivieron. Solo así tendrán esa fuerza transformadora desde una proyección que denomino «Filo–Gineco–Sofía» este último término podría decir que es un neologismo mío, que seguramente tendrá su madurez en posteriores investigaciones.
DESARROLLO:
El concepto de
filosofía aun en nuestro tiempo, está distorsionado, permanece oscuro y hasta
misterioso, alguno podría preguntarse y ¿para qué sirve? Aristóteles dirá es un
saber inútil, pero yo digo no es útil ni inútil es inevitable.
La filosofía es la
actividad más natural del hombre, y la actitud filosófica, la más propiamente
humana; es decir, en nuestra vida filosofamos muchísimas veces y lo hacemos de
la manera más natural que ni nos damos cuenta, aunque a veces aprisionamos esta
facultad que tenemos.
Por ello, Hanna
Arent (pensadora y politóloga) «sentía una especie de aversión por la filosofía
como especialidad académica y por los
filósofos que se presentaban como “pensadores profesionales”… Según su opinión,
y recogiendo la tradición filosófica, cada persona alberga la capacidad de pensar
filosóficamente»
Si uno quisiera
adentrarse en el «apasionante» mundo de la filosofía y no morir en el intento,
“conviene” adentrarse en la «historia» de la filosofía.
Recuerdo con mucha
ilusión la primera novela que leí sobre «Historia de la Filosofía», se trata
del “Mundo de Sofía” de Jostein Gaarder, y aunque llevaba el nombre de «Sofía»
(mujer) no encontré mayor participación de mujeres en la historia del
pensamiento.
¿Es que las mujeres
no piensan? ¿No hicieron filosofía? « No es que no hayan existido mujeres que
filosofaran. Es que los filósofos han preferido olvidarlas, tal vez después de
haberse apropiado de sus ideas»
(Humberto ECO)
Y volvamos con esas
preguntas obvias ¿Las mujeres no tienen capacidad reflexiva? ¿No se preguntan por el ser
y devenir de las cosas? ¿No filosofan? Eran las cuestionantes de un iniciado que pronto se
encontraría con una gran verdad: «si las
hubo pero fueron invisibilidadas, calladas, relegadas y muy discriminadas».
¿Y porque no se conocen a muchas de ellas? Una respuesta sencilla pero
contundente es que no tuvieron tiempo ni las posibilidades, que además de atender y asistir en la
educación de los hijos, encargarse de
los quehaceres del hogar; no contaban con las facilidades para sistematizar sus
ideas y reflexiones.
A pesar de todas
estas circunstancias, el «genio femenino», no fue callado, porque nunca podrá
ser callado, y hoy clama con más fuerza,
motivando la transformación de un status normal en un status
incongruente, porque no hay mayor poder que aquel que se ha normalizado, dirá
Foucault.
Los sociólogos
llaman “estatus incongruente” la posición de aquellas personas en las cuales
convergen rasgos sociales que muy inusualmente lo hacen, en este concepto cabe
muy bien el empoderamiento de las mujeres. En palabras del gran filósofo
francés Albert Camus “Hombres o mujeres Rebeldes”
Ciertamente es
importante re–conocer que cada filósofa es “hija, hermana o madre” de su
tiempo. Quedando como principio de
interpretación: “leer el texto, por su
pre–texto y en su con–texto”. Esta aproximación histórica nos lleva a caer
en cuenta, que tantas mujeres hicieron verdadera filosofía, y cuyos pensamientos
y palabras fueron envueltos en incomprensión, burla, amargura, y sangre.
La conclusión más
determinante de todo este recorrido histórico, presente en este texto consiste
y fundamenta que si hubo mujeres filósofas (Antigüedad – hasta nuestros días),
que ejercieron aun en contextos hostiles su derecho a pensar críticamente.
Seguir
invisibilizando la participación activa de tantas mujeres dentro de la
filosofía sería una injusticia totalmente incomprensible.
Ese amor por la
sabiduría y reflexión crítica no es monopolio de un género, sino que compete a
la misma condición humana, a todas las personas (Fintis, Stein, Arent)
Es tiempo oportuno
(Kairos) para comenzar este arduo y fascinante camino de la filosofía desde las
perspectivas «marginales», desde aquellas que fueron calladas, invisibilizadas,
despreciadas.
Con esta puesta en
evidencia de las otras perspectivas marginales (pensadores no occidentales,
pensamientos contextuales) y desde luego de las mujeres «Filoginecosofía» no
pretendo presentar una nueva «lucha de clases» o «sexos –géneros» sino reflejar
aquella apertura existencial donde: «todo
puede ser de otra forma» o «interpretado
desde otra perspectiva» y donde las propuestas marginales vuelvan a tener
importancia; buscando no tanto, conocimientos abstractos sino buscando una vida
más digna, igualitaria, justa, con vínculos de esperanza en la fraternidad y la
sororidad; y en todo el amor, amor a la filosofía, amor a la vida, amor a la
naturaleza, amor a la humanidad y amor al Amor. Y en definitiva, amor a la sabiduría,
dejando en claro que «Filosofía lleva el nombre de mujer»
[1] Concepto
que acompaña todas mis investigaciones, que consiste en re-leer el texto, la
historia, la sociedad desde otras perspectivas, especialmente de aquellas que
están al margen, es decir, trayendo al centro lo marginal