BILLETERA NO SOLO MATA GALÁN, SINO TAMBIÉN LOS DERECHOS HUMANOS
13:15:00
«BILLETERA
NO SOLO MATA GALÁN, SINO TAMBIÉN LOS DERECHOS HUMANOS»
Por:
Mijaíl Enríquez Huamani.
Estamos en los últimos días del año, y como es de
esperar nuestra mente divaga y ajusta presupuestos para las festividades que se
vienen, olvidado otras realidades que merecen también nuestra consideración.
¿Cuántos cusqueños sabemos que hoy se celebra el Día Internacional de los Derechos Humanos
desde 1950? ¿Cuántos conocemos su contenido y su aplicación?
Ciertamente más nos interesa lo que comeremos, regalaremos
y según la cantidad de cosas que demos se valorará nuestra persona, en pocas
palabras mientras más des más te quedrán. No nos valoran por lo que somos, sino
por lo que compramos, regalamos, consumimos, etc.
Hablar de los Derechos Humanos es hablar de la
naturaleza del hombre y de su dignidad, esta dignidad radica en «en su ser
mismo, en su naturaleza racional y libre, que es propia e inconfundible»
(BARRACA: 200) Así mismo, esta dignidad refleja la noción de persona que es necesario que sea atendida
y desde luego respetada.
De cómo se piense al hombre hoy, se le tratará. ¿Quién es el hombre? ¿Cuáles son sus
derechos fundamentales?
Tan solo miremos cómo viajamos en nuestro
transporte público, cómo es nuestro trato con los demás, cómo nos atienden en
los hospitales, en las comisarías, o en las diferentes instituciones públicas y
privadas, sociales y religiosas, rurales y urbanas, donde ya nos han ido “acostumbrando”
a una madrastra burocracia.
Al parecer algo está fallando, mientras no tomemos
conciencia de la importancia de nuestros derechos y más aun de hacerlos
respetar, seguirá habiendo violencia sistemática, abusos de poder, violencia
contra la mujer, diferencias salariales, discriminaciones raciales, y desde
luego seguiremos viajando como sardinas.
Mientras sigamos viviendo en la indiferencia social
y política, esperando que un político venga a solucionarnos la vida,
aguantaremos con lágrimas amargas atropellos de nuestros derechos.
Muchos hablan de educación en valores, pero es preciso
tambien educar en derechos y deberes, pero siempre educar, despertar conciencias críticas que no sean ajenas a la realidad.
Se podrán aumentar las leyes que protejan a las
mujeres, se ejecutará la pena de muerte para violadores, se acrecentará medidas
que salvaguarden nuestros derechos pero si el cambio no parte de cada uno, del
pueblo, de la sociedad civil organizada
todo será externo y política recreativa.
Y lo que necesitamos no es recreación, sino políticas
regenerativas, porque no somos seres autómatas y programados, sino hombres que
buscan cambio, y que están en permanente dinamicidad.
Mencioné que algo está fallando, y aquí sintonizo
con el aporte de la filósofa Adela
Cortina que en su libro “Aporofobia” reconoce que muchos de nuestros males
sociales, se encuentran en nuestra estructura cerebral. Nuestro cerebro goza también
de gran plasticidad y solo con la educación y el fortalecimiento de Instituciones podremos visibilizar a los marginados, a los sin
derechos, a los sin poder. A estos últimos Eduardo Galeano los denominó «los
nadies».
La persona no es un algo, sino un alguien dotada de
una constitución integral, siempre abierta a los otros. Filósofos como
Maritain, Mounier, Marcel, Martin Buber, Lévinas, Jacques Derrida, Ricoeur fundamentan
en sus planteamientos la dignidad y apertura de la persona humana.
Los Derechos Humanos siguieron un proceso histórico
muy complejo, hasta que el 10 de
diciembre de 1948 fue proclamada por la Asamblea de las Naciones Unidas en
Paris. Cuenta con un preámbulo y 30 artículos que todos deberíamos
conocer y hacer respetar.
Solo por mencionar
el artículo 1° « Todos los seres humanos nacen
libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de
razón y conciencia, deben comportarse
fraternalmente los unos con los otros»
Sin duda, estos derechos son universales,
inalienables, indivisibles, e indisponibles. Por lo que nadie puede disponer,
pero vemos que estos derechos se ven
vulnerados desde relaciones sociales simples, y más aún en las complejas, como la
corrupción.
¿Qué descubriremos de los gobernantes municipales y
regionales dentro de unos años?
Parafraseando la curiosa expresión podría
decir: «Billetera no solo mata galán sino también los Derechos Humanos»
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