SANTIAGO APÓSTOL - OLLANTAYTAMBO

6:21:00

 

LA COFRADÍA DEL GLORIOSO PATRÓN SANTIAGO DE OLLANTAYTAMBO




 La historia, solía decir el viejo Cicerón, es el “testigo de los tiempos, la luz de la verdad, la vida de la memoria, la escuela de la vida, la mensajera de la antigüedad". Nuestra historia importa, por ello el hombre siempre se encaminó en el devenir de su existencia para dejar algunos trazos dignos de ser recordados.

"La historia como progreso de la consciencia de la libertad", fue propuesta por el maestro Hegel, y con la libertad propia de esta pandemia, quise imbuirme en los misterios insondables de la Parroquia Santiago Apóstol de Ollantaytambo, como fruto de esa investigación pongo en sus manos, y en el patrimonio intelectual de esta gran comunidad de feligreses, la traducción y comentario en torno al libro de LA COFRADÍA DEL GLORIOSO PATRÓN SANTIAGO DE OLLANTAYTAMBO, presente en esta parroquia desde 1666 - 1788.


Por privilegio inmerecido, obtuve la administración del libro de fábrica de dicha cofradía, el texto original, las hojas corroídas por el transcurrir del tiempo, era la prueba material y figura externa de una administración del siglo XVII, donde el puño y letra de hombres y sacerdotes de gran estima, se impregnaron para la construcción histórica de este pueblo y de su fe.

Con lupa en mano, hice trabajar a mis ojos vagabundos, fui pasando a limpio, aquellas palabras poco legibles. Desde el inicio, fue un recorrido grato, pues me topaba con personajes particulares, conocidos en el ambiente eclesiástico, en la vida social y en nuestro pueblo como “Mayordomos

Aun soy consciente que fuimos ingratos con estos personajes, aún falta estudios sobre el alcance etnográfico, religioso y sociológico de los mayordomos en los diferentes pueblos y fiestas.

Fueron hombres que supieron equilibrar su fe y sus obras, en muchos casos tuvieron que organizar las fiestas patronales, velando por el cuidado y desarrollo del templo, la cofradía, la defensa de la fe católica en los pueblos y de la Santa Madre Iglesia de la que son hijos reconocidos.

Sin duda nuestros mayordomos son personajes que pasaron y pasarán a la historia por el grado de amor a Dios que manifestaron en sus obras, fueron humanos, en algunos casos demasiado humanos, pero dejemos el juicio a Dios.

¿Dejaremos en silencio a la Mayordomas? Mujeres de fe, que ante la invisibilización social, estuvieron ahí firmes y constantes, enfrentando la adversidad y exigencia que implicaba organizar las fiestas, mujeres que en silencio fueron caminando codo a codo, y a veces con un pie adelante al ritmo de las fiestas, ante ellas solo queda decir junto con nuestro al Maestro Jesús “tu Padre que ve lo secreto te lo recompensará” (Mt 6,6)

Los mayordomos cumplieron su misión hasta el último suspiro. Bajo el amparo de Santiago Apóstol, aquel santo que fue reconocido como el Illapa, hoy su vida sigue inspirándonos para seguir adelante, teniendo a Dios no solo como Camino, sino también como Compañero del mismo.

La historia de fe en el pueblo de Ollantaytambo es profunda y memorable, desde las celebraciones del Niño Jesús en Markaqocha quien abre las festividades en cada bajada de Reyes (06 de enero), hasta la pomposa y ordenada Fiesta de Nuestro viejito el Señor de Choquekillka, en Pentecostés.

Así es el devenir de la fe ollantina, firme y decidida, que se hace patente en las diferentes muestras fenomenológicas. Sin embargo, surge una cuestionante ¿qué pasó con esta fiesta en torno al Patrón Santiago? ¿En qué momento se relegó a un lado? ¿será que no logró calar en el corazón de los ollantinos? Ante esta secuencia interrogativa, se pueden añadir otras tantas, incluso más agudas, pero cabe la certeza, que, en algún tiempo, la figura de Santiago representó un aliciente espiritual, que motivó a hombres y mujeres a cumplir en su vida la misión de mayordomos y mayordomas.

Muchos quieren regresar a un pasado supuestamente prodigioso o paradisiaco, no solo remontándose a la época colonial, o a la época inca, sino incluso a la pre-inca. Pero la historia es evolutiva, dinámica, donde algunos valores quedan como tradición y otros tantos se desconstruyen. Muchos de los que quieren “volver” no precisan, ni se reconocen, como sujetos históricos, capaces de generar historia. Y en esta perspectiva de presente y futuro cabe las preguntas ¿cuál es la misión actual de los mayordomos?  ¿seguirán haciendo historia?

Ante tan magna definición Ciceroniana de la historia, Miguel de Cervantes Saavedra, completa un postulado de lectura: “La historia es la advertencia de lo que está por venir” ante tan cercana o lejana advertencia la historia es madre.

Tres siglos después, volvemos a vivir una pandemia a escala mundial, muchos hermanos y hermanas murieron y morirán, maestros, alcaldes, intelectuales, mayordomos, sacerdotes, porque así es la vida, tiene su final, pero la historia nos enseña que la muerte no tiene la última palabra, nos espera Dios, hagamos de nuestra vida una historia que valga la pena recordar y llorar, pues solo se muere definitivamente cuando nos olvidan.







 

Tambien podría gustarte

0 comentarios

La mas visitada

Refranes