¿CÓMO PASAR DE LA TRAICIÓN A LA CONFIANZA?

10:19:00

                                                                     "Confianza y Traición dentro de cada uno...                                                                                                                  es una verdad con distracción"


Es curioso, observar y comparar revistas de 1980  con unas modernas, sobre todo cuando se trata de aspectos como la moda, belleza y  tendencia.
La preocupación por la imagen siempre está presente como motivación o angustia, pues tanto el 1980 como en el 2017 la imagen, nuestra imagen sí importa.

         

¿Hay algún problema con esto?
Pues no, hasta  a las plantitas las podamos y regamos para que se vean bien, y ¿porque no tener esos detalles con nosotros mismos para vernos bien? Decía un gran amigo.
¿Solo importa verse y sentirse bien?
Muchos viven muy pendientes de su imagen, algunos cayendo en exageraciones que para una cultura plástica y del espejo resulta normal y hasta necesario.

Vivimos cuidando nuestro estilo, otros prefieren cambiarlos constantemente, intentando estar en sintonía con lo que está de moda.
¿Podemos reconocer cual es nuestro estilo? ¿Siempre asumimos la moda presente como criterio indispensable para vestirnos, pensar y actuar?

Después de interrogarnos por nuestro estilo, surge una pregunta mucho más profunda:


Quien no ha querido que le acaricien las orejas pidiendo que hablen de nosotros, o en el mejor de los casos, quien en algún momento no preguntó a sus amigos: ¿Qué dice de mí? ¿Le caigo? ¿Le gusto?

Yo no hice esta pregunta directamente, pero este domingo después de superar una ilusión, nos sentamos a compartir una pizza y en medio de las risas y el silencio, supe lo que decían y pensaban de mi hace algunos años… todos coincidieron en una palabra…. El tiempo pasó y la verdad desagradable asoma.

¿Te afecta lo que los otros dicen de ti? O eres de los que muy superfluamente dices ¡no me importa lo que dicen de mí! ¡Las palabras se las lleva el viento! ¡Pues no, las palabras no se las lleva el viento, animan y edifican o matan y destruyen!                             ¡No se va indiferente, nos afecta!

¿QUIEN DICE LA GENTE QUE SOY YO?
¡Interesante!, Jesús pregunta a sus discípulos…
¡Conozcamos el texto!
                                                                                 (Mateo 16,13-20)

13 Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» 14 Ellos dijeron:
«Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o uno de los profetas» 15 Les dijo: «Y ustedes ¿quién dicen que soy yo?» 16 Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo» 17 Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. 19 A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». 20 Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie que él era el Cristo.

¿Quería que le acaricien los oídos? ¿Algún discípulo “relajado” se atrevería a decir cosas no tan gratas?

¿Realmente le importa a Jesús lo que los demás decían de Él?

Es una pregunta curiosa, y los discípulos le responden rápido, porque es fácil hablar de los demás. ¡Ah, dicen que eres: Juan, Elías, Jeremías…. esto y aquello!
Pero que silencio insondable se siente cuando la pregunta se dirige personalmente: ¿Y tú quien dices que soy yo?
La respuesta, si es que la tienes se vuelve compleja y nunca llega satisfacer del todo.

Jesús pasó de los DEMÁS al TU. «Y ustedes ¿quién dicen que soy yo?»
Y siempre hay alguien que levanta la mano, o salta a responder…
O como los voluntariosos de mis compañeros que sutilmente me decían todo lo que había sido en el pasado…
En esta ocasión Pedro responde «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Esta respuesta es el núcleo de toda cristología, es decir, Pedro fácil y aprobó el examen oral y existencial. Mencionar que Jesús es el Cristo (Mesías), ya es una confesión de fe profunda, ya no lo ven como otro “súper hombre” sino como Dios.

Jesús, se habrá sentido tranquilo al escuchar aquella confesión, como cuando escuchamos que hablan de nosotros y realmente nos conocen.

Yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Esta verdad es suficiente para escribir todo un libro, porque nos habla de la institución de la Iglesia, y no de su nacimiento o fundación, porque ella ya existía desde la eternidad (Cf. B.Forte, La Iglesia Icono de la Trinidad)…


Jesús dejará a Pedro las llaves  del Reino de los Cielos, y mi madre seguirá respondiendo a todo lo que le pida: “Cuando San Pedro baje el dedo”… ósea nunca.

Pero Pedro en este domingo que viene será llamado Satanás «el enemigo, el que desvía del camino, la piedra de tropiezo», es increíble como Jesús le concede un poder convirtiéndolo en “Piedra de la Iglesia” y al poco tiempo lo llame “piedra de tropiezo” porque quería impedir su muerte en la Cruz. (Cf. Ratzinger, El nuevo Pueblo de Dios)

¿Cuántos de nosotros somos piedra de tropiezo de muchos?  No tenemos cola, ni cuernos pero fácil y somos unos satanaces. O aunque no seamos piedras de tropiezo, quizás seamos piedritas en el zapato, pequeñitas pero como molestan.
Este es el modo de actuar de Dios, en la flaqueza…


 Porque pueden confiar en nosotros pero también están sujetos a que los traicionemos.
Allí actúa Dios, que no se deja intimidar por esa traición, por el pecado, por nuestra debilidad.

Esta es la dialéctica que mueve muchas de nuestras historias, somos seres de confianza y de traición… ¿Cómo pasar de la traición a la confianza?                                        

  Un pasito: el  PERDÓN.











Tambien podría gustarte

0 comentarios

La mas visitada

Refranes