LA PREGUNTA MÁS DIFÍCIL DEL PRÓXIMO CENSO
18:15:00
(Respecto al censo de este
domingo)
Por: Mijail Enriquez Huamani
Tengo
la insatisfacción de ser uno de los primeros censados. Digo insatisfacción
porque fueron pocas las preguntas que respondí ante la gran expectativa que generaron
los medios de comunicación. (Respondí
tan solo a 12 preguntas de las 47)
Días
previos, ya venía informándome en lo mínimo acerca de esta jordana civil, que
para este tiempo resulta contrastante frente a países que ya no realizan
censos, e incluso caso «China que alista una base de datos con las caras de sus
habitantes [1.400 millones], proyecto
que comenzó el 2015» (Comercio: 14-10
-2107).
¿Algún día contaremos con esa
base de datos?
Estoy
seguro que, cuando llegue el día; mi
rostro será deleite de muchos gusanos o simplemente yacerá en un espacio
cadavérico.
Una
pregunta sencilla fue: ¿SEXO? ¿Varón o mujer? ¿Qué hay de aquellas personas que
no se consideran ni varón ni mujer?
No
pretendo justificar, simplemente quiero traer a reflexión que existen personas
con orientación, postura, o genero
distinto; existen y no podemos cerrar los ojos.
Le
hice la misma pregunta: ¿Y qué harán con aquellas personas que no se reconozcan
como varón o mujer?
La
respuesta también fue sencilla: - Nada -
se dejará en blanco -
Es
una cuestionante muy compleja, es faltar a la verdad el querer silenciar esta realidad y podría considerarse una discriminación.
Luego
vino la pregunta difícil:
¿Con qué etnia te identificas?
Ya
no fue la censadora, la que según tus rasgos marcaba como representante del
Estado, sino que eres tú, quien se
reconocerá a que etnia pertenece.
Encabezaron
las etnias: quechua, aimara, afroperuana
y más abajo la mestiza, y desde luego espacio libre para precisar, si se
trata de una etnia amazónica.
¿Qué
se entiende por etnia? En simple «Combinación
de rasgos físicos y culturales»
Esta
referencia a la etnicidad, no pretende clasificar a las personas, como lo fue
en la década de los 60, sino más bien el cuestionar al censado su
reconocimiento étnico.
¿Cómo
nos vemos y reconocemos?
Que
no te sorprenda esta pregunta, aun tienes algunos días para realizar un proceso
de reconocimiento.
¿Cómo
me veo? ¿Cuáles son mis prácticas culturales?
Muchos
quizá pensaran que como viven en el Cusco, entonces son Quechuas, y si viven en
Puno –aimaras.
¿Qué
hay de los que viven en Abancay o Ayacucho, que no se considerarían así, si
tal, fuera el criterio (geográfico), sino Chankas, Lucanas, Huancas y otros
tantos grupos étnicos existentes antes de la llegada de los Españoles?
Y
ahora ¿Cómo me considero?
No
hablo quechua, entiendo poco, porque la sociedad “estigmatizó” C aún sigue
despreciando esta lengua, es tarea nuestra tomar decisiones personales por
querer aprender esta hermosa lengua.
Pero
no solo está la lengua, sino también la comida, la vestimenta, las costumbres
sociales y culturales ¿somos quechua? ¿Qué es lo que define ser quechua? ¿Por
qué ahora muchos quieren disfrazarse de indigenistas? ¿Por qué ahora quieren
traer a distinción ser quechua o aimara, si antes el estado por todas partes
trató de introducir normas de occidente para invisibilizarlas?
La
otra posible respuesta seria el: “Soy mestizo” es decir, el resultado de una unión
de dos culturas, una española y la otra quechua.
Para
el historiador Carlos Contreras: «Declararse
blanco o mestizo equivaldría a una
negación de la etnicidad»
Menciona
tambien el antropólogo Carlos Eduardo Aramburú
que mestizo es «muy sobredimensionada… menos cargadas de
todas, es la más neutra, el comodín»
Es
verdad que nuestras raíces se hunden en una riquísima tradición quechua, pero
respondiendo dócilmente a posturas indigenistas no podemos sostener hoy la
pureza de raza quechua y tampoco del pasado incaico. Somos el resultado de una
mezcla, de una fusión, de un encuentro y nuestra sangre es quechua y española.
Somos una nueva creación, el mestizo que sería el hombre «con una aptitud de
cambio y renovación cultural» o como hizo referencia uno de mis autores preferidos José María Arguedas «existe la capacidad
creadora del hombre peruano y, en este caso, el mestizo es el actor principal»
(Formación
de una cultura nacional, Pág 2)
Es
curioso, que se haya quitado la denominación “indio” pues con José Carlos Mariátegui podemos decir: «el problema del indio será una tarea
política a resolver para construir la nación peruana. El indio es el cimiento
de nuestra nacionalidad en formación y la resolución de este problema es
social, sus realizadores deben ser los propios indios» (Peruanicemos el Perú,
Lima 1977)
Lo
aun continua son los prejuicios, propio de una modernidad liquida, egoísta,
globalizada, etc.
Para
José M. Arguedas, el cholo es el mestizo que tiene muchas potencialidades para
desarrollar una cultura nacional. «Él mismo entra en debate con las posiciones indigenistas
que reivindican la cultura india y la pureza de la raza como si la realidad se
mantuviera intacta» (Ana Lucia Cosmalón. Pág 34)
Ser
mestizo y ser indígena no es inferior, el día en que descubran las grandes
posibilidades de creación de su espíritu indígena, ese día seguro de sus
propios valores, el pueblo mestizo e indígena podrá mostrar su capacidad
creadora con respecto a lo europeo, que
hoy lo desplaza y avergüenza (Arguedas:
canto Kechwa. pág 13).
Aunque
posturas como la fe Alberto Flores Galindo o Francois Bourricaud, lo mestizo, o
más específicamente lo cholo no jugaría un papel positivo en la sociedad.
Sin
duda, este reconocimiento étnico es una cuestión muy difícil de resolver, aun
tienes unos días para que tu respuesta sea ciertamente consciente y firme, no tanto por el Censo sino por convicción personal.
Nuestro
Perú es un país multiétnico, nos identifiquemos, como quechuas, aimaras,
blancos, afroperuanos, o mestizos, debemos superar los prejuicios racionales y
más aún las discriminaciones de todo tipo.
El
Perú es el Pais de “Todas las Sangres”,
en una feliz expresión de José María Arguedas, ser quechua o mestizo no es el
problema, sino el grado de respeto que nos debemos tener.
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